Esa mañana te lloré, como se le llora a los muertos
Mis lágrimas parecían memorias que se escapaban de mi cuerpo
Una sola mañana me bastó para comprender
lo miserable que me sentía en ese momento
Enfermo del espíritu, no tuve otra opción
que aceptar el total desconsuelo
Esa mañana te lloré
reconociendo lo que jamás pensé que sería
una ilusión perdida, soltando todo lo que sufría
Mi corazón repetía constantemente:
¿Qué quedará de mi ser,
si no los vestigios de un sentimiento muerto?
Los restos de un recuerdo
fragmentado en el tiempo
¿permanecerán por siempre dentro de mi pecho?
Pero heme aquí
cargando el peso de mi maldición
construida por los errores de mi pasado
que me persigue cual verdugo que carga cadenas en sus muñecas
Tal vez dentro de mi mueran los días
Tal vez sea la lluvia quien calme mis heridas
O es acaso nunca exista una sombra que consuele los ecos de mis penurias
Esa mañana te llore como se le lloran a los muertos
Mi voz se apagaba ahogándose en un silencioso lamento
Mis ojos se ahogaban en tristezas y mi alma gritaba en silencio
Te llore como el condenado le llora al tiempo
Te llore sin pudor, sin consuelo y ahogado en el tormento
Ahora solo me quedaran las esperanzas de un futuro muerto
Golpeado por la incertidumbre vuelvo a buscar el acobijo de tu aliento
Esperando que el ocaso desaparezca sombras con el viento
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